miércoles, 9 de febrero de 2011

Lucha contra la corrupción


Una cuestión de coherencia


Al escuchar la palabra corrupción, inmediatamente se viene a nuestra mente funcionarios que toman miles colones a su beneficio, o políticos que otorgan favores o concesiones a cambio de buenas dadivas, desde luego es esa, una grave manera de no cumplir con sus funciones y quedar en evidencia ante la opinión pública, esa misma que cuando la ejecuta no la critica.

Permítame explicarme; es corrupción, condenable, detestable y reprochable cuando se ejecuta de este modo, pero cuando pago por que me den la licencia de conducir más pronto, o sin trámites, o bien cuando le pago a un funcionario municipal para que se haga de la vista gorda para un permiso, eso no es “si de por sí todo el mundo lo hace” dirían por ahí.

Que difícil es reconocer nuestra culpa y deber como ciudadanos en realidad, ver que mediante el camino fácil para evitar los trámites que muchas no se realizan por falta de planificación simplemente, lo único que se consigue es debilitar más al Estado y su aparato jurídico-empresarial al tener la conciencia que con dinero todo se resuelve. Eso es atentar contra la responsabilidad social.

Dentro de las empresas los casos abundan, repito que las connotaciones amplias de la palabra corrupción, se queden en un único concepto y hasta allí. Cuando llego a casa le digo a mis hijos que es malo robar, que no deben copiar en los exámenes de la escuela, o que no deben decir mentiras, pero en la oficina cambiamos de parecer cuando no nos avergüenza proponerle una dádiva a un político a cambio de un negocio favorable para mi empresa.

Los órganos internos de las empresas, como sindicatos, junta de relaciones laborales, RRHH, o quien regule los conflictos entre los empleados, tampoco escapan de este flagelo. Muchas veces sin necesidad de dinero de por medio, encubrimos a alguien o nos hacemos los desentendidos sobre ciertos hechos por puro nepotismo.

Ese es uno de los principales problemas en este tema, se encubre de muchísimas maneras, desde los más notorios en sus altos puestos políticos, hasta aquel guarda de seguridad en un bar que deja entrar a una persona claramente menor de edad con una identificación falsa, solo por tener mas clientela.

Hay que tener en cuenta algo desde luego: nuestra condición humana, que muchas veces nos inclinará a hacer o pensar cosas que no son las correctas, no se trata de venir con el dedo acusador y simplemente quejarse de lo que hace cada uno, y rasgarse las vestiduras proclamándose incorruptible, pero al menos si deberíamos hacer ese ejercicio de coherencia en su máxima expresión: cuando lo que digo coincide con lo que hago.

Sergio Alvarado Pol
Sindicato

2 comentarios:

COMUNICACION ORGANIZACIONAL dijo...

Señor Secretario del Sindicato:

Comparto planamente con usted su acotación sobre RSE. Me permito resaltarla al transcribirla:

"Que difícil es reconocer nuestra culpa y deber como ciudadanos en realidad, ver que mediante el camino fácil para evitar los trámites que muchas no se realizan por falta de planificación simplemente, lo único que se consigue es debilitar más al Estado y su aparato jurídico-empresarial al tener la conciencia que con dinero todo se resuelve.
Eso es atentar contra la responsabilidad social".

MSc. Xiomara Cubero Marín
Presidentea C:O:

Elizabeth Mora dijo...

Es una cultura que debe empezar desde el hogar, sin clientes no hay corrupción, y los clientes somos todos nosotros, suena chistoso, divertido escuchar la gran asaña de la que se salvo el fulano al darle dinero al tráfico a cambio de su vista gorda, pero no vemos el gran daño que estamos ocacionando al pais, a los ciudadanos, a todos.

Una licencia que se otorga a cambio de dinero, a una persona que esta totalmente lista para conducir, un peligro, un conductor temerario, propenso a ocacionar un accidnte e involucrar a personas inocentes.

Es un pequeñisimo ejemplo de como se atenta de miles de formas la RSE.

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