viernes, 11 de febrero de 2011

El poder de uno

Comunicador, un agente de cambió

Los seres humanos entre todas las libertades con las que contamos en este mundo, destaca una que nos regalo Dios, el cual nos distingue del resto de las especies del planeta: El raciocinio, la mente, el libre albedrío, para hacer y opinar cuanto quieras ó creas.

Toda opinión cuanto emitida sea es respetable, por el solo hecho que cada uno merece respeto, más no necesariamente eso significa que sean opiniones positivas ó de calidad. El solo hecho de vivir en sociedad ya nos faculta para poder y querer tomar parte y opinión en los hechos atinentes a mi país, pero hay que ser claros; habrán opiniones mejor fundamentadas que otras, mediante la obtención de información más fresca y veraz.

Casualmente es desde la tribuna de la prensa donde un periodista, columnista, ó aquel que tenga acceso a esa plataforma, puede cambiar la vida de su país. Podrá ayudar en la construcción de un pueblo más analítico y critico, que se forme su propio criterio y no necesariamente aquel que salga impreso en papel, tal vez sesgado por posiciones empresariales.

En 1989 después de que el Muro de Berlín fue tumbado, cuando el pueblo alemán brincaba y bailaba junto a la muralla derribada, estaba Ricardo Erham el hombre que con una pregunta hizo admitir al gobierno de la RDA el fin de su régimen, y la multitud quiso alzarlo por tal gesto, él simplemente reconoció que solo había sido un vehículo para dicho acontecimiento, sin exaltar vanidad alguna.

Dentro de la nobleza que pudiera salir de este oficio, tal vez estaría ése, el ofrecerlo como un servicio publico, que mediante él podemos calar de forma positiva, certera y necesaria, demostrar las realidades que muchas veces para las gente es imperceptible.

Lo hizo Carl Bernstein y Bob Woodward en EE.UU., en Italia en torno a la figura de su primer ministro, en Argentina con el ex-presidente Menem, y hasta en nuestro país otros como Eduardo Ulibarri para  que pensemos por propia cuenta.

Al fin y al cabo ése es el poder de uno, hacer algo, cualquier cosa, es el privilegio y carga que nos regala este oficio.

Sergio Alvarado Pol
Sindicato

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